Pisto de verduras, también conocido como pisto manchego, es una receta tradicional española que se prepara con una variedad de vegetales. Esta receta de origen español es muy versátil y se puede servir como plato principal o como acompañamiento. Está hecho con cebolla, pimiento, calabacín y tomate, aunque también se pueden añadir otros ingredientes como patatas, zanahorias o ajos. El pisto se cocina con aceite de oliva y se sazona con sal y hierbas aromáticas como el tomillo, el romero o la albahaca. Esta receta es una excelente opción para los vegetarianos y para aquellos que buscan un plato saludable y nutritivo.
Ingredientes
- 2 cebollas grandes
- 2 pimientos verdes
- 2 calabacines
- 3 tomates maduros
- 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y hierbas aromáticas al gusto
Preparación
- Cortar las cebollas, los pimientos, los calabacines y los tomates en dados pequeños.
- Poner una sartén grande al fuego con un poco de aceite de oliva y añadir las cebollas. Cocinar a fuego lento hasta que estén transparentes.
- Añadir los pimientos y cocinar durante 5 minutos.
- Añadir los calabacines y cocinar durante otros 5 minutos.
- Añadir los tomates y los dientes de ajo y cocinar durante 10 minutos.
- Añadir una pizca de sal y las hierbas aromáticas al gusto.
- Cocinar a fuego lento durante 15 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.
- Servir caliente como plato principal o como acompañamiento.
Beneficios del pisto de verduras
El pisto de verduras es un plato saludable y nutritivo que proporciona muchos beneficios para la salud. Esta receta está hecha con vegetales ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Además, es una buena fuente de fibra, que ayuda a mantener el sistema digestivo saludable. Por último, el aceite de oliva virgen extra aporta ácidos grasos monoinsaturados beneficiosos para el corazón.
Variaciones
Existen muchas variaciones del pisto de verduras. Se pueden añadir otros ingredientes como patatas, zanahorias o judías verdes. También se puede añadir un huevo batido para una textura más cremosa. Por último, se puede servir con queso rallado para un toque de sabor adicional.