Salsa veloute o salsa blanca: básicos de la cocina
La salsa veloute o salsa blanca es uno de los básicos de la cocina. Esta receta clásica es una base para muchos otros platos, desde sopas y guisos hasta carnes y pastas. La salsa blanca también se conoce como salsa béchamel o bechamel, y es una de las cinco salsas madres que forman la base de la cocina francesa. Esta versátil receta es fácil de hacer y se puede personalizar con diferentes especias, hierbas y quesos para crear una variedad de sabores.
Ingredientes
La salsa veloute se hace con los siguientes ingredientes:
- 2 tazas de leche
- 2 cucharadas de mantequilla
- 2 cucharadas de harina
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
Para preparar la salsa veloute, comience derritiendo la mantequilla en una cacerola a fuego medio. Una vez que la mantequilla se haya derretido, agregue la harina y mezcle hasta que la mezcla se vuelva una pasta lisa. Agregue la leche poco a poco, revolviendo constantemente. Cuando la mezcla se haya espesado, sazone con sal y pimienta al gusto. Deje hervir a fuego lento durante unos 10 minutos para que la salsa se espese y se vuelva cremosa.
Variaciones
Una vez que hayas preparado la salsa veloute básica, puedes experimentar con diferentes variaciones. Prueba agregando diferentes especias, hierbas y quesos para cambiar el sabor. Algunas ideas son:
- Añadir una cucharada de mostaza Dijon para un sabor picante
- Agregar una cucharada de perejil fresco para un sabor a hierbas
- Agregar una cucharada de queso parmesano para un sabor a queso
- Agregar una cucharada de vino blanco para un sabor suave
Usos
La salsa veloute o salsa blanca es una de las salsas madres de la cocina francesa. Esta versátil receta es una base para muchos otros platos, como sopas, guisos, carnes y pastas. La salsa blanca se puede usar como base para una variedad de recetas, desde sopas hasta guisos, carnes y pastas. Puedes mezclarla con otros ingredientes para crear una variedad de sabores.
Consejos
Asegúrate de que la salsa veloute no se pegue al fondo de la cacerola mientras se está cocinando. Si la salsa se vuelve demasiado espesa, agregue un poco más de leche. Si se vuelve demasiado líquida, agregue un poco más de harina. Si la salsa se vuelve demasiado salada, agregue un poco más de leche para diluir el sabor.